viernes, 28 de enero de 2011

Los Culeros

Miguel, era un estudiante de Leyes como cualquier otro, pero a el las noches le causaban miedo, despertaba en su recamara creyendo escuchar vocecitas que le llamaban, incluso a veces se quedaba despierto observando, en espera a que salieran sus sueños a jugar, luego, con los ojos deshidratados volvía a dormir. Ellos, los dueños de las voces nocturnas lo volvían centro de sus bromas, encendían el radio y la luz, le tiraban los útiles junto con las chucherías que reposaban sobre su mesa de noche; Miguel despertaba sobresaltado, les gritaba que se fueran a la chingada, que lo dejaran dormir, entonces se reían los Culeros, después, durante toda la noche se dedicaban bailar mambo y rumba.
Volvía a apagar la luz, mas se quedaba despierto, entrecerrando los ojos, mirando a través de las pestañas para tratar de verlos. El sueño volvía a él, hasta que al fin era vencido por sus parpados. Súbitamente, se encendían de nuevo el estéreo y la tele a todo volumen, el, ahogando su voz con la almohada gritaba;" ya cabrones hijos de su chingada madre, ya bájenle a su pedo". Luego escuchaba que reían los culeros mientras se ponían a bailar.
A la mañana siguiente, generalmente Miguel se la pasaba durmiendo en el salón de clases de la universidad. Aunque intentaba poner atención, solo lograba oír el constante parloteo del los maestros, que van y vienen sobre el pizarrón, cayendo rendido sobre los libros, para jetearse entre hora y hora. Ese dulce habito de planchar la oreja en la escuela, ocasiono que sus calificaciones decayeran. Como su rendimiento académico esta bajando considerablemente, sus padres llegaron a pensar en la posibilidad de que se estuviera drogando o bien que fuera candidato a la presidencia de la mesa directiva de la escuela. Tenían la idea de mandarlo a un centro de rehabilitación de los que salen en la tele, a una escuela militar o a un internado religioso, Que es casi lo mismo.
Días después, y con mucho mas insomnio, consulto su problema con una amiga suya, que era bruja (y algo piruja también); ella le sugiere que se consiga un gato, de preferencia negro, que pudiera dejar en su cuarto por las noches. Él no le pregunta para qué, asumió que serviría para ahuyentar a los Culeros.
Una noche, al caminar por la acera de su casa, evitando la hora de irse a dormir se tropezó con "Lolo", el gato de la vecina, que lo miro con sospecha. La gente decía que ese gato era raro, que miraba como si fuera humano, algunos decían que dentro del gato viva el alma del marido desaparecido de la vecina que había salido quien había salido en una noche de terrible tormenta envuelto en un impermeable amarillo; al menos así dicen que lo vieron por ultima vez las vecinas chismosas quienes le observaban mientras bajaba la calle por ultima vez. Lolo se acerco lo husmeo, lo vio y maulló, Miguel le acaricio la cabeza, "Lolo" se le restregó en una pierna, Miguel rasco su cabeza, lo pensó un segundo, lo tomo entre sus manos y lo llevo a casa; cuando llegaron, lo encerró en su cuarto y bajo a cenar algo a la cocina, después de haberse llevado algo a los cachetes volvió a su recamara para esperar a que los culeros salieran de sus escondites, trato infructuosamente de permanecer con los ojos abiertos. De repente, el constante ronroneo del gato ceso, se escuchaba música venir de las entrañas de la tierra que rompiendo la calma de la casa. De un momento a otro la habitación se lleno de Culeros, especie de duendes marihuanos, tocados, perredistas y globalicones que bailan como Juanga y cantan como José José.
Miguel se despertó. Los culeros habían hecho un fogón en el bote de basura y le habían ensartado una lanza a Lolo por el ano, atravesándole de parte a parte saliéndole por el hocico, iban a asarlo a la griega; los desgraciados, bebían, fumaban hierba y cuentan chistes obscenos. Uno de ellos, traía una bebida en un cuenco y se la ofrece a Miguel haciendo una reverencia. Él la tomó con sus Manos, después de examinarla, le entro de hidalgo, puesto que no le quedaban muchas opciones si estaba una lanza apuntándole a los huevos; mientras el tomaba sentía como su corazón se aceleraba al ritmo de un camión de ruta descompuesto, una marea de tambores invadía su mente, fue asaltado por visiones de sus vidas pasadas y poco a poco su corazón se lleno de ansias de matar.
Cuando Miguel tomo conciencia, se encontraba en medio de un ritual de inframundo, en una caverna iluminada por un fuego que ardía como las puertas del averno, un montón de duendes estaban a su alrededor, gritando letanías en su lengua demoníaca que parecía chontal, tarasca o colombiana; de pronto las palabras toman forma y comienza a entender lo que decían; cantaban sobre la venida el señor de los duendes, todo poderoso. Detrás del fogón momento aparece su amiga bruja y piruja, vistiendo una túnica blanca que deja ver la silueta de su cuerpo desnudo. Ella se acerca, se hinca ante él, después se incorpora, le da un largo beso en la boca, ella le dice al oído: “Miguel tu eres el elegido, tienes que poseerme para que sea el sacrificio consumado”; en medio de la confusión y la calentura;
El monta un circo sexual con un Sico de repuesto que traía en su cartera. Al terminar, ella le dice que falta una cosa mas, él necesita elegir una víctima como sacrificio personal, así como lo había sido el gato para los Culeros, solo tenia que decir quien y ellos harían el resto del trabajo. Después de meditarlo durante toda la noche escogió al maestro que le había impartido la clase de orientación vocacional en la preparatoria, ya que, cuando él tenia dieciséis años, el desgraciado le había dicho que toda su vida seria un Don Nadie, cosa no lejos de la realidad, así que decidió hacerle pagar caras sus profecías.
Una noche, de luna llena llegaron los Culeros a casa del maestro. Durante un mes no le dejaron dormir, le cantaron tétricas canciones de cuna, le tapaban la nariz y la boca para que se despertara falto de respiración, lo pinchaban con lanzas en los testículos para que le dieran calambres, además le taparon el ano con arcilla para causarle estreñimiento. Con el tiempo, y la escases de sueño el maestro fue afectando su trabajo hasta que lo corrieron de la escuela puesto que los administrativos pesaron que estaba loco. lloró y lloró de la desesperación, se cortó las venas, pero los Culeros le hablaron a tiempo a una ambulancia.
Un día, estando ya en el hospital psiquiátrico, Miguel lo fue a visitar con todos los Culeros, que iban vestidos de enfermera al mas puro estilo Drag queen, lo maniataron y se lo llevaron secuestrado en un diablito a la gran caverna del bosque. Ahí, los culeros lo desvisten, y sin darle ni si quiera un besito, lo violaron, lo empalaron y por si fuera poco lo asaron. Por eso deberías de preocuparte si te cantan tétricas canciones de cuna al oído.