miércoles, 24 de febrero de 2010

Hoy, igual que siempre ( e-mail a Andres Montes de Oca)


Hoy igual que siempre, me estuve acordando de ti; fijate que voy a presentar un proyecto para la creacion de un taller de literatura en la casa de la cultura de Apodaca el dia de mañana, y le voy a poner tu nombre, me vale vergas que repeles, tu siempre fuiste un pinche necio, pero ahora que no estas lo voy a hacer. se que estas enojado conmigo por que la he estado cagando desde hace un par de años, despuesito que estuvimos Daniel y yo a tu casa a verte, ¿te acuerdas?, tantas cosas se han venido abajo, tantos comienzos, tantos tropiezos; siempre tuviste razon, sabias que soy mal abogado y que deberia dedicarme a escribir, y ahora que no estas todo se me hace tan dificil.

nos seguimos frecuentando algunos de los muchachos, no sabemos nada de Pancho, y tampoco de Jenny y sabemos de Agustin por el Facebook, pero ahi anda Villalobos y Chapa, nos vemos relativamente seguido, de hecho tenemos una comunidad web de escritores ( Gatos en el Exilio) por que sin ti nos sentimos exiliados, como chavitos sin que hacer, a veces el Chapa llega todo cagado a decirme, "wey no estamos haciendo nada, vamos a hacer algo como Andres", pero en honor a la verdad no hemos estado tan activos como antes, ya sabes como son las cosas en la polaca, mejor no hablemos de las vacas de Conarte que nos emputamos, y la Uni, bueno cada dia se quieren parecer mas al Tec y se olvidan de su formacion humanista. pero deja, no quiero que la primera carta que te escribo sea una queja; me pregunto si Dios te regreso tus ojos para vernos de lejos o si ya organizas partidos de Futbol.

perdoname el silencio, ya me conoces y sabes que no ha sido ingratitud, todavia guardo memorias de nuestras ultimas conversaciones y en su momento las pondre a disposicion de los chicos, pero el dolor no se haquerido ir y han pasado 5 años, no sabes que trabajo me cuesta escribirte, todo el dia he estado tratando de empezar a escribir, ayer no pude dormir, ya sabes que soy un quejumbroso, ya me callo, pero solo he querido que supieras que todos seguimos pensando en ti