jueves, 13 de agosto de 2009

Las Aventuras de Joe Kintana parte II


CAPITULO I

Hay que ser necio para seguir con esto pero, ya que insistes,
esta bien, la advertencia ya fue hecha.

Hay varios lugares donde los vampiros suelen cazar, los primero son debajo de los puentes peatonales, parques, ríos; después caminos desolados, carreteras y caminos de terracería, si un vampiro vive en una ciudad seguro se mezclara con los vagabundos o con los raros; los bares donde se juntan vampiros y esas cosas que se cuentan no existen, pero no es difícil verlos ahí escogiendo la cena como quien va al supermercado a ver los paquetes de carne para asar, caminan por ahí se confunden con los punks o los darkies, ven una victima y la acechan hasta que sale del bar, la siguen hasta que le pueden dar muerte en algún lugar solitario, como el estacionamiento donde dejaron el carro, o alguna calle o callejón, es así como cazan en la ciudad.
Estaba yo en la ciudad de Monterrey, tenia varios días ahí, compré algunas municiones y estuve platicando con un conocido que tenía en el área de homicidios de la policía ministerial del estado de Nuevo León, él ignoraba mi profesión; yo, de vez en cuando, le pasaba alguna información que pudiera servirle, como siempre recorro los asfaltos por las noches veo muchas cosas y escucho otras tantas relacionadas con el crimen, que en realidad no me interesan, pero que utilizo para obtener información de algunos agentes, sobretodo de la vieja escuela, de esos que ya no hay, alcohólicos, drogadictos, corruptos, con un par de tequilas sueltan toda la información que necesito, eso unos billetes y una cuota de información reciproca me alcanza.
En la policía han hecho muchas suposiciones sobre para quien trabajo, han dicho que trabajo para el gobierno de México o para los diferentes carteles de droga o para la DEA, o hasta de investigador privado.
- Ya dime pinche Joe, no te hagas pendejo, pa´ quien jalas?- me decía Beltrán, mientras me daba una palmadita en las espalda. Estábamos recargados en la barra de una cantina apestosa y de escaza asistencia de nombre “ El Seguro” en el centro de Monterrey. Yo encendía un cigarro y le daba el primer toque con toda la calma del mundo
- ¡Que cabrón eres! - le respondí - sabes que me caga que me toquen, tienes ganas que rompa el hocico, que no?
- Pa´ que te emputas, no es para tanto, no te vuelvo a tocar, pinche delicado, ni que estuvieras guapo, pero ya culero dime pa´ quien trabajas, uno nuca sabe, cuando tenga que pedir jale y si hay buenos billetes pues…
- Como serás pendejo, que acaso no fuiste a la academia de policía? que no te acuerdas de ese dicho tan cierto como la verdad misma “si quieres llegar a policía viejo hazte pendejo” y tu todavía no estas viejo, no te pases de listo Beltrán, mejor no te metas.
Le di otro trago a mi cerveza, y saque un billetito de 500 hecho rollito y lo sostuve entre mis ojos y los de Beltrán.
- A ver cuéntame que pasa con el asesino ese que anda suelto, ya se está volviendo un problema, sabes? se esta cenando a los paseantes de Barrio Antiguo de la ciudad, ahí encuentran la mayor parte de los bares y discos de niños fresas, también hay algunos bares punk y geeks, la verdad no es común que se sucedan tantas muertes cerca de lugares públicos y no estas haciendo nada… verdad?, el comandante Chapa te está fastidiando, déjamelo, solo dime lo que quiero-. Beltrán resoplo y dio otro trago a su tequila con la mirada perdida, yo pensé en el pasado.

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