Solo por que si ( Parte I)

Madrid.
Los hoteles, la comida, el cambio de uso horario, esos pequeños detalles daban sabor a la llamada que recibí bajando del avión, tenia apenas diez minutos en el aeropuerto de Barajas, aun estaba en la fila de la aduana, cuando mi celular timbro al ritmo de Sweet Child O´ mine. pensé que era el idiota de mi editor para fastidiarme por culpa de su pendeja co-dependencia, solo para saber si estoy a gusto o si pienso escribir otra pinche novela que sea “la mejor novela latinoamericana moderna”; me caga que me encasillen, me caga que me lleven de promoción cuando yo solo quiero quedarme en casa comiendo “Nutella” a cucharadas.
-¿Hola, como has estado?- me dijo una voz femenina con el acento cagante español, repase mentalmente una lista de las mujeres españolas que podrían estarme llamando, pero no… ninguna que me hable con tanta familiaridad. – ¿por que te has quedado callado?, ha pasado tiempo lo se…pero pensé que ya que estabas aquí podríamos vernos. Titubee; yo no tenia ni la mas puta idea de quien era.
- Seguro que se habrá equivocado de Teléfono, ¿dígame quien es?.
- vamos niño ese acento Mejicano lo reconocería en cualquier parte; no te vayas a negar por que eso si me haría sentir mal, te veo a las 8:00 en la Taberna Encantada, espero que sabrás llegar, un chico listo como tu no dejaría de pedir indicaciones verdad, ciao.
Pinche perra loca, me colgó en el momento justo en que me tocaba revisión de aduana. Los imbéciles en el aeropuerto me revisaron hasta los calcetines que traía puestos, no vaya a ser que por ser mexicano traiga conmigo dos kilos de marihuana pegada al cuerpo, se aseguraron que solo viniera de paseo, me hicieron demasiadas preguntas, adonde iba ir yo en un viaje trasatlántico con solo una maleta y una mochila para laptop, les tuve que repetir que venia a promocionar un libro, que era escritor y solo estaría cuatro días en España y que volaba de regreso a México, les mostré el libro, “pinche Julián pendejo, le dije que pusiera mi foto en el forro del libro”.
Apenas saliendo de la revisión se me ocurrió que podía llamar a mi esposa y contarle el episodio y quejarme amargamente de su ausencia en mi cama todos estos días tome el celular y marque a mi casa.
-Papi, ya llegaste a Madrid ¿verdad?, sabes que horas son aquí hay siete horas con cuarenta y cinco minutos de diferencia, podrías dejarme dormir y llamar a horas Mexicanas mas prudentes, Gracias.
Me colgó; yo solo quería decirle que la extrañaba y hablar con mi hija, pero ni al caso, me trague el enojo y busque con la vista alguna señal de las personas de la casa editora que vinieran a buscarme, no había nadie, nadie entre tanta gente con un cartelito con mi nombre garabateado, me resigne, tome mi maleta y camine a buscar un taxi, a afortunadamente la reservación del Hotel la tenia yo así que no me preocupe por ello. Saliendo del Aeropuerto cogí un taxi( perdón tome un taxi), y le pedí que me llevara al Best Western Carlos V.